miércoles, 28 de mayo de 2014

COMO AGUA PARA CHOCOLATE

COMO AGUA PARA CHOCOLATE
Para hacer las tortas de Navidad, la cebolla tiene que estar finamente picada. Les sugiero ponerse un pequeño trozo de cebolla en la mollera con el fin de evitar el molesto lagrimeo que se produce cuando uno la está cortando. Lo malo de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar, sino que a veces uno empieza, como quien dice, se pica, y ya no puede parar. No sé si a ustedes les ha pasado pero a mí la mera verdad sí. Infinidad de veces. Mamá decía que era porque yo soy igual de sensible a la cebolla que Tita, mi tía abuela.
Dicen que Tita era tan sensible que desde que estaba en el vientre de mi bisabuela lloraba y lloraba cuando ésta picaba cebolla; su llanto era tan fuerte que Nacha, la cocinera de casa, que era medio sorda, lo escuchaba sin esforzarse. Un día loa sollozos fueron tan fuertes que provocaron que el parto se adelantara…

LAURA ESQUIVEL

PRIMAVERA


miércoles, 7 de mayo de 2014

BAILE EN LA PLAZA

La corrida de toros ha terminado. Aún no se han ido las autoridades del balcón del Ayuntamiento y aún los mozos más jóvenes, los que todavía no están emparejados, no acabaron de empapar en sangre los pisos de esparto de las alpargatas. Las alpargatas mojadas en sangre de toro duran una eternidad; según dicen, cuando a la sangra de toro se mezcla algo de sangre de torero, las alpargatas se vuelven duras como el hierro y ya no se rompen jamás.

Hombres ya maduros, casados y cargados de hijos, usan todavía el par de alpargatas que empaparon en la sangre de Chepa del Escorial, aquel novillero a quién un toro colorao mató, el verano del año de la República, de cuarenta y tantas cornadas sin volver la cabeza.

Los mozos y las mozas, en dos grandes grupos aparte que se entremezclan un poco por el borde...


CAMILO JOSÉ CELA